EDUCAR EN LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA ACTUALIDAD
En lo que respecta a la educación de la sexualidad, la UNESCO señala que:
- La sexualidad es un aspecto básico de la vida humana, con dimensiones físicas, psicológicas, espirituales, sociales, económicas, políticas y culturales. El hecho de ser sexual es una parte importante en la vida de las personas ya que no solo constituye una fuente de placer y bienestar, sino que, además, es una forma de expresar amor y afecto o –si se desea– de comenzar una familia.
- Se encuentra estrechamente vinculado al desarrollo de la identidad del individuo, por lo cual no es posible entender la sexualidad sin referencia al género ni a la diversidad como características fundamentales de la sexualidad.
- Las normas que rigen el comportamiento sexual varían drásticamente entre y dentro de las culturas. Ciertos comportamientos se consideran aceptables y deseables mientras que otros se consideran inaceptables.
- La transmisión de valores culturales de una generación a otra es una parte crítica de la socialización en tanto que también incluye valores relacionados con el género y la sexualidad.
- La educación en sexualidad prioriza la adquisición y/o el fortalecimiento de valores como reciprocidad, igualdad, responsabilidad y respeto, prerrequisitos para lograr y mantener relaciones sociales y sexuales consensuadas, sanas y seguras
Fuente: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Orientaciones Técnicas Internacionales sobre Educación en Sexualidad. Enfoque basado en evidencia orientado a escuelas, docentes y educadores de la salud. Volumen I, Justificación de la educación en sexualidad (Junio 2010).
Disponible en: http://unesdoc.unesco.org/images/0018/001832/183281s.pdf
la ESI implica un espacio de enseñanza y aprendizaje sistemático, con contenidos adecuados a la edad de las y los estudiantes, considerando sus situaciones y el contexto sociocultural en que se encuentran, que comprende saberes y habilidades para la toma de decisiones conscientes y críticas vinculados con el conocimiento y cuidado del propio cuerpo y la salud; la valoración de las emociones y de los sentimientos en las relaciones interpersonales; el fomento de valores y actitudes relacionadas con el amor, la solidaridad, el respeto por la vida, la integridad, la diversidad y los géneros de todas las personas y para el ejercicio de los derechos relacionados con la sexualidad. La ESI también promueve el trabajo articulado con las familias y todos los otros actores comunitarios que, de una manera u otra, participan en la construcción e implementación de acciones de protección social y de cuidado de la salud.
Un espacio de enseñanza y aprendizaje sistemático, con contenidos adecuados a la edad de los alumnos y alumnas, su situación y su contexto sociocultural, que comprende saberes y habilidades para la toma de decisiones conscientes y críticas sobre los siguientes EJES que atraviesan toda la ESI:
- El ejercicio de los derechos
- El enfoque de género
- El Respeto por la diversidad
- La valoración de la afectividad
- El cuidado del cuerpo
Ley 26.485
La Ley 26.485 garantiza todos los derechos reconocidos por la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (conocida como la CEDAW por sus siglas en inglés); la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer o Convención de Belem do Pará; la Convención sobre los Derechos del Niño; la Ley de Protección Integral de los Derechos de los Niñas, Niños y Adolescentes (Ley N° 26.061), con especial énfasis en los derechos referidos a garantizar una vida libre de violencia y sin discriminaciones; el derecho a la salud, la educación y la seguridad personal; la integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial; el respeto a la dignidad; el acceso a la justicia de las mujeres en situación de violencia; la igualdad de derechos, trato y oportunidades entre mujeres y varones y gozar de medidas integrales de asistencia, protección y seguridad.
El Estado nacional reconoce la existencia de desigualdades estructurales y habilita la implementación de políticas públicas para erradicar las discriminaciones y equiparar a las mujeres y hombres, tal como lo establece el artículo 2 de esta normativa.
La ley, en el artículo 4, define la violencia contra las mujeres como “toda conducta, acción u omisión que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el ámbito privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el estado o por sus agentes. Se considera violencia indirecta toda conducta, acción, omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con respecto al varón.”.
La desigualdad se expresa en todos los ámbitos sociales, en el artículo 7, inc. D, de la Ley se dispone transversalizar la perspectiva de género en las instituciones. De esta manera se propicia relaciones de género más equitativos que a su vez fortalecen el sistema democrático.Esta ley define, en el artículo 5, cinco tipos de violencia contra las mujeres: física, psicológica, sexual, económica - patrimonial y simbólica. Y además señala seis modalidades (artículo 6ª) que comprenden todos los ámbitos donde las mujeres desarrollan su existencia: doméstica, institucional, laboral, contra la libertad reproductiva, obstétrica, mediática.
Es importante aclarar que, si bien la ley implica un gran avance al identificar de manera separada los tipos de violencia y los ámbitos en los que se ejerce, todos estos tipos de violencia están siempre en interacción, por lo tanto, una acción violenta tiene consecuencias en más de un aspecto de la vida de una persona. Por ejemplo, la violencia física produce alteraciones psicológicas, la violencia económica es también psicológica (ya que incide en la autoestima y la autonomía de las mujeres), la violencia sexual es, además, física y psicológica. La violencia psicológica sostenida en el tiempo tiene efectos en la salud, por ejemplo, facilitando la aparición de enfermedades orgánicas y otras repercusiones en el cuerpo.
En el año 2012, en el cual se sancionó la Ley de identidad de género, se reconoce una perspectiva ampliada de la problemática de la violencia de género. La misma abarca, también, a quienes se autoperciben mujeres u otras identidades feminizadas.
Ciclo de la violencia
Tal como ocurre en parejas de personas adultas en la etapa de la adolescencia o juventud la modalidad violenta de vinculación presenta una dinámica particular y cíclica y por ello es que se habla del ¨ciclo de la violencia¨. De manera analítica, en el mismo, suelen secuenciarse tres momentos que se reiteran y perpetúan:
Las “puertas de entrada” nos permiten pensar institucionalmente, distintas formas en que se puede trabajar ESI en la escuela. Más específicamente, y desde la temática que nos proponemos en este curso, cómo es posible promover relaciones más justas y solidarias entre varones y mujeres.
Veamos cuáles son las puertas de entrada de la ESI a la escuela vinculado con la temática del curso:
Preguntas que podemos hacernos son: Según nuestras propias concepciones, ¿cuáles son los comportamientos esperables para las masculinidades y las femineidades? ¿De qué modo nos atraviesan a nosotras y nosotros mismos los modelos hegemónicos sobra la masculinidad y la feminidad?
Con relación a los micromachismos, ¿cuál es la mirada sobre algunas situaciones vinculadas con el micromachismo como por ejemplo los contactos físicos indebidos; los “chistes” sobre el cuerpo de una compañera o los gestos obscenos? ¿Podríamos ponerle palabras a estas escenas, para analizarlas críticamente?
La mejor manera de abordar estas representaciones es a través del diálogo entre las personas adultas; poner en común estas cuestiones y discutirlas en un clima de confianza, teniendo en cuenta los cambios operados en las adolescencias en los últimos años, sobre todo a partir del uso de las nuevas tecnologías y los movimientos cada vez más consistentes de empoderamiento de las mujeres frente a la violencia de género.
La escuela podrá avanzar en este sentido si se problematiza la idea de que la educación es un “espacio neutro” desde el punto de vista del género y la sexualidad, si se habilitan espacios de debate y reflexión donde las y los docentes se puedan acompañar para que sus prácticas sean cada vez más democráticas en un sentido inclusivo e igualitario para varones y mujeres.
2) Luego tenemos La enseñanza de la ESI en la escuela como puerta 2, partiendo de la responsabilidad que tiene la escuela de hacer de la ESI su tarea dentro del marco normativo vigente y que trabajamos en la clase 1. En esta puerta de entrada podemos diferenciar tres dimensiones:
a) el desarrollo curricular de la ESI, a partir de Lineamientos Curriculares de ESI (sintetizados en los N.A.P. de la ESI –Resolución 340/18) que es obligatorio enseñar en el nivel secundario:
El currículum es una instancia privilegiada para pensar y planificar sistemáticamente actividades áulicas y contenidos, recordamos que los Cuadernos Educación Sexual Integral para la Educación Secundaria I y II, lo mismo que las láminas didácticas del nivel y la serie de videos producidos por el Programa Nacional de ESI contienen conceptualizaciones, marco teórico, información valiosa para las y los docentes, así como propuestas de secuencias didácticas para que las desarrollen en sus clases.
b) la organización de la vida cotidiana institucional, reconociendo que las regulaciones, prácticas, rituales que constituyen la cultura institucional también “enseñan” desde la mirada que tiene la escuela sobre la sexualidad, la cual es preciso revisar desde el enfoque el enfoque de derechos, de género y de diversidad propios de la ESI.
Para reflexionar sobre esta dimensión, un ejercicio interesante puede ser identificar en el ámbito escolar aquellos gestos, costumbres, rutinas en las que se pongan en juego roles de género estereotipados, y pensemos al mismo tiempo como podríamos desandar ese camino.
También podríamos trasladarnos por un instante a la sala de profesores y recordar comentarios, chistes o expresiones que allí circulan en los que se manifiestan formas de discriminación por apariencia física o por vestimenta, tatuajes, piercings, no solo con relación a los y las estudiantes sino en relación con los y las colegas. O pensemos en las sanciones que se aplican a varones y mujeres por “problemas de conducta”: ¿se aplican del mismo modo a ellas y ellos? Revisar y transformar las acciones, los discursos, las costumbres escolares que puedan ser injustas o desigualitarias, es un objetivo indispensable para la escuela.
En este sentido, todos los actores de la escuela ―estudiantes, docentes, bibliotecarios, bibliotecarias, personal administrativo, preceptoras, preceptores, tutores, tutoras y equipo de conducción― deberían involucrarse y participar de las acciones y discusiones de la manera más activa e inclusiva posible, dado que la escuela al mismo tiempo que puede ser un ámbito reproductor de la cultura hegemónica y de construcciones estereotipadas de género, es un ámbito propicio paradevelar inequidades y construirescenarios de mayor igualdad de oportunidades para todas y todos los que convivenen ella.
c) la actuación frente a episodios que irrumpen en la escuela,ya sea porque constituyen situaciones o eventos conflictivos entre estudiantes o con personas adultas de la escuela, o porque se manifiestan como demanda del estudiantado para trabajar sobre determinados temas que la escuela habitualmente no aborda. En ambos casos, es deseable que el equipo de conducción, docentes, tutores, etc. se detengan a repensar las estrategias de acción y convertir esas situaciones en oportunidades de aprendizaje.
3) Por último tenemos la puerta 3 que se refiere a la relación entre la escuela, las familias y la comunidad, incluyendo aquí a otras instituciones del estado y organizaciones de la sociedad civil. Es prudente reconocer que la sexualidad es una realidad humana tan compleja que no se agota en la escuela. Por el contrario, hay una multiplicidad de instituciones que intervienen en este campo: salud, desarrollo social, justicia, derechos humanos, seguridad y muchas organizaciones de la sociedad civil que aportan saberes y experiencia.
Asimismo, es preciso que las familias estén informadas sobre el marco normativo vigente que garantiza los derechos de las y los adolescentes, y que se las pueda incluir en un diálogo que lleve a reflexionar sobre el lugar de los adultos en la vida de chicas y chicos.
Material de lectura
Ley nacional 26.150/2006 de Educación Sexual Integral
Lineamientos Curriculares de ESI (2008) Ministerio de Educación de la Nación.
Cartilla “Jornada Nacional. Educar en Igualdad: Prevención y erradicación de la violencia de género” (2018). Ministerio de Educación de la Nación.
Cuaderno de ESI para la Educación Inicial (2010). Ministerio de Educación de la Nación
Cuaderno de ESI para la Educación Primaria (2009). Ministerio de Educación de la Nación
Cuadernos de ESI, para la Educación Secundaria I (2010) y II (2012).
- Educación Sexual Integral para la Educación Inicial
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/cuaderno-esi-inicial.pdf
- Educación Sexual Integral para la Educación Primaria
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/esi_primaria_2018.pdf
- Educación Sexual Integral para la Educación Secundaria I
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/cuadernillo_esi_secundaria_i.pdf
- Educación Sexual Integral para la Educación Secundaria II
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/esi_cuaderno_secundaria_ii.pdf
Bibliografía de referencia
Ley nacional 26.150/2006 de Educación Sexual Integral
Ley Nacional 27.234/2015. Jornadas Nacionales Educar en Igualdad: Prevención y Erradicación de la Violencia de Género.
Lineamientos Curriculares de ESI (2008) Ministerio de Educación de la Nación.
Resolución 340/2018 del Consejo Federal de Educación.
BOSCH FIOL, E. (2007). Del mito del amor romántico a la violencia contra las mujeres. Ministerio de Igualdad y Universidad de Les Illes Balears.
ELIZALDE, S. (2015). Estudios de juventud en el Cono Sur: Epistemologías que persisten, desaprendizajes pendientes y compromiso intelectual. Una reflexión en clave de género, en Última Década Nro. 42, Proyecto Juventudes. Centro de Estudios Sociales, Valparaíso, Chile.
LOPEZ SANCHES O. y FLORES PEREZ E. (2017). Capitulo “Reflexiones iniciales para una genealogía del amor romántico en clave de emociones”. En Abramowski A. y Canevaro S. Compiladores (2017) Pensar los afectos. Aproximaciones desde las ciencias sociales y las humanidades. Buenos Aires: Universidad Nacional de General Sarmiento.
RUIZ REPULLO C. (2009). Abre los ojos. El amor no es ciego. Sevilla: Instituto Andaluz de la Mujer. Consejería por la Igualdad y Bienestar Social.
TILLI G. y DEL LUCA C. (2010). Relaciones Abusivas en los Noviazgos Adolescentes. Un Proyecto de Prevención. Buenos Aires, Fundación Dignos de Ser y Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Créditos
Programa Nacional de Educación Sexual Integral. Subsecretaría de Educación Social y Cultural. Secretaría de Educación. Ministerio de Educación de la Nación.
Cómo citar este texto:
Programa Nacional de Educación Sexual Integral (2019). Clase 1: La violencia de género desde la ESI. Curso: Vínculos saludables para prevenir la violencia de género. Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología.
Recursos de orientación las 24 horas en todo el País Línea 102: Para pedido de orientación y denuncias ante situaciones de vulneración de derechos de Niñas, Niños y Adolescentes Línea del Programa Las Victimas contra las Violencias 0800-222-1717: Para consultas y orientación frente a situaciones de violencia sexual. Línea 144: Brindan información, orientación, asesoramiento y contención a mujeres, las 24 horas, todos los días |
[2] https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/lineamientos_0.pdf
[3] http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/255000-259999/257439/norma.htm
[4] https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/anexo_resolucion_cfe_340_18_0.pdf
[5] Para ampliar sobre la temática de lenguaje inclusivo recomendamos leer la Guía de lenguaje igualitario y no sexista en la HCDN, Pág. 18-36 y 57-59. Donde entre otras cuestiones se profundiza y ejemplifica diversas formas de evitar el sexismo en el lenguaje (disponible en la sección archivos).
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